¿Qué diferencia hay entre una persona adinerada y una pobre?

una persona adinerada y una pobre

  1. Si una persona sin recursos pierde el trabajo, no puede sostenerse por más de 3 meses, está condicionada por la ausencia de ahorros, ingresos pasivos y depende completamente de la voluntad de su empleador. En cambio, alguien de buen poder adquisitivo cuenta con un respaldo ya que ahorra una parte de sus ingresos o realiza inversiones en proyectos rentables.
  2. Tiene automóvil de más de 10 años de antigüedad. El pobre no puede permitirse comprar un automóvil nuevo ni pagar un seguro o mantenimiento del mismo. Por esta razón, su auto tiene más de 10 años de uso.
  3. Gasta más dinero del que gana. El pobre vive a créditos en lugar de ahorrar y pagar la totalidad de la compra. Muchas de sus deudas no son de vital importancia y decrecen el presupuesto mensual ya que se llevan una importante carga en comisiones e intereses.
  4. Dificultad en el pago de las cuentas mensuales. Encontramos dos posibles razones: las deudas restan la mayor parte del ingreso mensual o está ausente planificación de pago de impuestos y servicios, realizando compras espontáneas innecesarias impulsivamente.
  5. Es cliente permanente de los negocios “Todo por un precio”, usa cupones y descuentos, no deja pasar las liquidaciones. En principio, no tiene nada de malo. Pero, los cupones y descuentos atan al comprador a un comercio concreto, limitan las alternativas de productos y sin querer termina comprando lo que no necesita y de baja calidad. Estos comercios también tienen productos de calidad, pero la mayoría son malos. La persona, tentada por el precio, termina llenando el carrito con cosas inútiles y paga una importante suma por ellos.
  6. Compra productos prefabricados y comida barata. Por lo general, estos productos están elaborados de materia prima de baja calidad, contienen colorantes y sustancias para mejorar su aspecto y gusto, pero, pocas vitaminas. La alimentación cuya base son productos prefabricados influye negativamente en salud, y la afirmación sobre el ahorro de tiempo en la cocción de dichos productos, es discutible.
  7. Roba wi-fi, usa programas de piratería, etc. Trabajar en lugares con red gratuita, robar del vecino o instalar en su PC software pirata. Un rico nunca va hacer esto, en cambio, paga por buena calidad y servicio.
  8. Tiene malos hábitos. Alcohol, cigarrillos, y muchas veces drogas golpean fuertemente el bolsillo del pobre. Este dinero, ahorrado en forma perseverante, podría alcanzar para la compra de un vehículo, u otra cosa de necesidad, y pagarlo de contado.
  9. Para llegar al trabajo de su casa demora más de una hora. Por lo general, para alquilar una vivienda económica hay que vivir en la periferia y viajar en transporte público.
  10. No usa ropa limpia todos los días. Esto se explica: por la escasez de vestuario, economía en el detergente y ausencia de recursos para el lavado. Como resultado, viste la misma ropa todos los días.
  11. Huele mal en casa. En la casa del pobre persiste el desagradable olor a mala limpieza, basura que no es sacada a tiempo, depósito de cosas viejas y mala ventilación del ambiente.
  12. Dice “No” muy frecuente a sus hijos. Y esto no está relacionado con el proceso educativo, sino por falta de dinero. Además, estamos hablando de bienes básicos.
  13. Teme que las condiciones de su vida influirán sobre el futuro de sus hijos. Primero, los hijos crecen en un determinado medio absorbiendo las costumbres y modo de actuar de sus padres. Segundo, sus posibilidades de estudio en buen colegio y universidad están limitadas por falta de recursos.
  14. Depresiones y falta de amor. La permanente escasez de dinero influye en forma negativa en las relaciones familiares provocando depresión, tristeza, peleas y discusiones matrimoniales, muchas veces llevando a la separación las parejas. Los padres trabajan demasiadas horas o para escapar de sus problemas toman alcohol, miran televisión, etc. Prácticamente no dedican tiempo a sus hijos.
  15. Espera ayuda del estado. Los subsidios y planes sociales ayudan a pagar sus gastos, pero no son suficientes para vivir dignamente. Son un bono, un pequeño respaldo en situaciones críticas, pero no son una salida a la condición de pobreza. Tampoco lo es pensar en la jubilación como una salvación. Esta llegará a su debido tiempo, pero no representa un gran ingreso.

Si usted reconoció en sí mismo algunos de los rasgos que hemos descripto, ¿no cree que debería cambiar? Todavía está a tiempo de reaccionar.

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